domingo, 5 de abril de 2015

Tipo Duro (2010)

Cuando veo que entre el reparto de una película aparece Danny Trejo suelo pararme por lo menos a leer la sinopsis de la misma y alguna crítica, ya que seguramente sea alguna frikada de órdago, véase Machete ( Robert Rodríguez, 2010) o la reciente The Burning Dead (Rene Perez, 2015), que según lo que he leído por ahí trata de unos zombies que emergen de un volcán, y que no me atrevo a visionar por miedo a que me guste. Pero Tipo duro (Craig Moss, 2012) o más bien Bad Ass, que en España nos gusta traducir los títulos como nos da la gana, presenta un argumento sencillo pero a la vez atractivo, puesto que es una película de acción y punto, de las de no comerse mucho el tarro, y siempre hay momentos en los que apetece ver algo de este género. La cinta en cuestión nos presenta a un Danny Trejo en su papel habitual, es decir, sacando partido a su cara de hijo de puta, hablando un poco en plata: un veterano de Vietnam que no ha conseguido nada en la vida y se ha tenido que conformar con ser vendedor de perritos calientes y que un día defiende a un anciano de un par de skins a los que aplica una señora paliza y por caprichos del destino alguien lo graba, por lo que se hace famoso en las redes sociales y es un ídolo incluso de la policía de la ciudad. Pero entonces matan a su mejor amigo, y El broncas (Bad Ass), que así llaman a nuestro Danny a raíz del altercado con los skins, descubre que la policía no se toma muy en serio la investigación del asesinato de su amigo por ser una persona de color. A partir de aquí Trejo comienza a obrar su magia, tomándose la justicia por su mano, haciendo uso de unas habilidades adquiridas Dios sabe donde. En fin, una película de acción simple, que da lo que promete, hay palos por doquier y salpicones de comedia que siempre se agradecen en este tipo de filmes, ya que ayudan a comprender que la cosa no es seria ni pretendía serlo en ningún momento, y por lo menos a mí me pasa, se disfruta más. Hay que decir que su paso por Hijos de la anarquía (Kurt Sutter, 2008) fue un acierto, porque las cosas como son, las películas de Danny Trejo no son obras maestras, pero el tío tiene carisma.


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